Por favor…¡Ya no más hombres-simios!


Creation 18 June 1996 

por Don Batten


Parece casi unas cuantas semanas que los medios de comunicación anunciaron un nuevo “hallazgo dramático” que trastorna las ideas anteriores sobre “la evolución humana”. The Star (periódico sudafricano, 28 de julio de 1995) describió el hallazgo de cuatro huesos de pie incompletos,  como un “dramático hallazgo fósil”. Que estos escasos hallazgos puedan modificar radicalmente las ideas de los evolucionistas, demuestra la naturaleza débil de sus varias hipótesis. Que los expertos  en fósiles aún se emocionen tanto por unos cuantos fragmentos de hueso, muestra cuan débil es la evidencia evolucionista de la historia.    
  Es absurdo que se quiera hacer grande algo tan pequeño. Parece que ha habido poco cambio desde los días del “hombre de Nebraska” ( Haroldcookii  hesperopitecus ), publicado en 1992, donde el periódico Illustrated London News publicó el dibujo de un artista sobre una familia entera de hombres-simio, ¡basado en el hallazgo de un solo diente! Unos años más tarde, se encontró que el diente pertenecía a un pécari, un animal parecido a un jabalí pequeño; pero eso no hizo noticia en los titulares de los periódicos como el  “descubrimiento del hombre de Nebraska”.  

Hay una lista larga de hombres-simio difuntos. El hombre de Neandertal encabeza la lista. Los evolucionistas aclamaron los restos encontrados en 1856 como el antepasado del hombre, pero ahora se admite que la postura supuestamente encorvada era debida a enfermedad (raquitismo), y el Neandertal es realmente sólo una variante del género humano.  

Por supuesto, también debemos recordar la mentira más infame: el fraude del hombre de Piltdown. Los evolucionistas usaron al hombre de Piltdown para "educar" a los estudiantes acerca del "hecho" de la evolución humana durante 40 años,  antes que el engaño fuese finalmente expuesto.  

Otros hombres-simio obsoletos incluyen al Ramapitecus, Sivapitecus , varias especies de Australopitecus , y otros que ahora han sido abandonados. Dada la publicidad de los reclamos hechos por paleontólogos acerca de estos fósiles, forzó a la gran mayoría de la gente a aceptar la evolución humana como un hecho. Los medios de comunicación saludan los nuevos "descubrimientos" con gran fanfarria, pero la defunción de los anteriores tiende a ser ignorado, dejando a la gran mayoría de las personas con la impresión de que la evolución humana es un hecho.

  No parece haber gran diferencia desde los días del “hombre de Nebraska”. En 1994 los periódicos, e incluso la televisión, ávidamente informó el hallazgo del “hombre de Boxgrove” en una cantera en Boxgrove, Inglaterra. Se suponía que este era un antepasado de los europeos. La mayoría de los informes incluyó la reconstrucción de un artista de lo que el hombre de Boxgrove podría haberse parecido – una criatura con aspecto simiesco. Éste fue “creado” de un pedazo de tibia, y un artículo publicado en la revista en Nature 1 dando crédito a la historia. El fragmento de tibia se parecía a una tibia humana ordinaria, pero El Sydney Morning Herald del 19 de mayo de 1994 llamó a esto “uno de los hallazgos más importantes en la historia de la evolución humana”.  

¿EL ESLABÓN PERDIDO?  

Al “eslabón perdido” ( ramidus Australopitecus ) se le dio vasta publicidad después de la publicación de un artículo publicado en la revista Nature 2 en 1994. ¿Qué fue encontrado? Diez dientes en un sitio, un par de huesos fragmentados de las extremidades a 270 metros de distancia, dos fragmentos muy masticados de la base de un cráneo encontrados a 550 metros de distancia, y otros pocos pedazos encontrados en la superficie del suelo a más de 1.5 kilómetros aparte.    

¿Cómo saben los paleontólogos que todas estas piezas pertenecieron a la misma clase de animal? ¡Ni ellos lo saben! Un diente relativamente intacto encontrado a 1.5 kilómetros del conjunto principal de 10 dientes fue investigado detalladamente, encontrando que es indistinguible  en todas las medidas al diente de un chimpancé.    

Aunque los fósiles fueron encontrados en la superficie del suelo, se les dieron una edad de 4 millones de años basado en la “datación” de las rocas cercanas. Las rocas más cercanas a los fósiles fueron “datadas” en 23 millones de años, pero los paleontólogos eventualmente encontraron algunas rocas a mayor distancia que dieron una “fecha aceptable” (una fecha que ayudaría a calificar su hallazgo como “el eslabón perdido”).  

“PIE PEQUEÑO”

“Pie Pequeño” es uno de los últimos fósiles "homínido" reportado en los periódicos. Basado en cuatro huesos del pie, dos paleontólogos sudafricanos afirmaron que ellos habían descubierto un homínido que muestra la transición de un pie de simio del tipo empuñado al tipo humano 3 . Ellos especulan de esto, que estas criaturas habrían pasado algo de su tiempo "en los árboles". Se supone que estos fósiles tienen 3.5 millones de años basado principalmente en la edad “conocida” de otros fósiles encontrados en los alrededores. Ellos, además de eso,  especulan  que el pie perteneció a un “antiguo” australopitecino.

Un pie humano tiene 25 huesos. Los paleontólogos Clarke y Tobias encontraron dos huesos más o menos intactos y dos huesos incompletos. Los huesos se excavaron originalmente en 1980, pero no fue sino hasta 1994 que Clarke "juntó todas los piezas” 4 . La nota 5 al pie de página en el artículo sugiere que los fragmentos fueron recuperados de un basurero de escombros de cal dejados  por trabajadores. Los pedazos difícilmente podrían haberse encontrado juntos, entonces, ¿cómo pueden ellos estar seguros que los huesos realmente van juntos? De esto, ellos construyeron su historia especulativa. Un evolucionista escéptico, Owen Lovejoy, en un artículo al respecto publicado en la revista Sc ience 5 , escribió:  "Su conclusión, (que el pie pudiera asirse y por tanto su dueño pasó algo de su tiempo en los árboles), es patentemente absurdo”. La escuela de Lovejoy cree que los australopitecinos de ese tiempo eran completamente moradores de la tierra. Es una lástima que los evolucionistas no puedan  ser un poquito más escépticos en todas los reclamos asociados con unos cuantos trocitos y pedazos de esto y de aquello, especialmente, cuando contradice sus propias teorías.    

El informe del periódico The Star dijo, "Un rasgo emocionante de Pie Pequeño es que su dedo del pie grande no convergente encaja con la posición del dedo del pie grande en las huellas fósiles de Laetoli." Tobias, uno de los autores del artículo del Science dijo, "Ahora, por primera vez, tenemos el tipo de pie fósil que habría hecho tales huellas." Russell H. Tuttle de la Universidad de Chicago hizo un estudio detallado de las huellas de Laetoli las cuales se supone que tienen 3.7 millones de años. Él escribió: "En rasgos discernibles, las impresiones G de Laetoli son indistinguibles de aquellas del habitualmente descalzo Homo sapiens” 6 . Esta conclusión vino de un estudio detallado de más de 70 indios de Machiguenga, un grupo de gente habitualmente descalza de Perú. Tuttle y Webb escribieron: “Las formas de las huellas de Laetoli G-1 y de los de Machiguenga en terreno arenoso húmedo, ilustra además la notable humanidad de los pies de los homínidos Laetoli en todos los rasgos morfológicos perceptibles ”. 7    

 
En otras palabras, no hay ninguna base para decir que ellas pudieran ser otra cosa más que huellas humanas; y no es otra cosa  más que la creencia en la evolución que previene al evolucionista a admitir que los humanos existían en aquel "entonces",  debido a su fe en sus sistemas de datación  y su historia evolutiva.     El artículo original sobre “Pie Pequeño” en la revista Science está desprovisto de algunos de los reclamos más exagerados publicados en los artículos de periódicos populares, pero tiene mucho de especulación. Comparando la fotografía de los huesos publicados en The Star con la publicada en   Science, sugiere que los autores han arreglado los huesos para la fotografía de Science para hacerlos parecer que ellos se mueven mejor de lo que en realidad lo hacen. También, mucho del argumento acerca de la naturaleza simiesca de los huesos está basado en el supuesto despliegue del primer dedo del pie. ¿Cuán fuerte es esta afirmación? Los huesos parecen ser cambiados de sitio ligeramente en la fotografía de Science para  acentuar el despliegue del dedo del pie hacia la derecha. El hueso del talus está aparentemente incompleto. ¿A quién, entonces, pertenecieron los fragmentos de hueso, si estos son parte de un mismo conjunto? Los huesos del pie pueden variar considerablemente dentro de las especies. Los pies humanos calzados o descalzos lucen bastante diferentes. Sería interesante comparar los fragmentos encontrados con otros diferentes de humano, de chimpancé y de huesos de pie del australopitecino, y no sólo aquellos escogidos por los autores y posiblemente arreglados para las fotografías de tal manera como para sostener su argumento. Pero, entonces, con tan pocos fragmentos de hueso para proseguir, ¿quién puede estar seguro justo a quién pertenecen?     Todo esto me recuerda la declaración hecha por Nigel Hawkes en The Times (Londres), 23 de septiembre, 1995: "Pocas ciencias producen tanta información de tan pocos fragmentos como la paleontología”. Recuerde esto cuando vea el próximo informe del periódico de algún nuevo hallazgo del "homínido" fósil. Usted tiene derecho a ser escéptico.  

 NOTAS Y REFERENCIAS  

Yo recomiendo enfáticamente el libro Bones of Contention (Huesos en contienda) de Marvin Lubenow (Baker Books) para una buena apreciación de la historia completa de la evolución humana desde una perspectiva creacionista. Esto ayuda considerablemente a colocar las historias de la evolución humana en contexto.  

    M.B Roberts, C.B. Stringer, y S.A. Parfitt, ‘A hominid tibia from Middle Pleistocene sediments at Boxgrove, UK (Una tibia homínido de los sedimentos a mediados del período Pleistoceno en Boxgrove, Reino Unido)’, Nature , Vol. 369, 26 de mayo de 1994, pp. 311-313.
    T.D. White, G. Suwa, y B. Asfaw, ‘ Australopithecus ramidus, a new species of early hominid from Aramis, Ethiopia (Australopitecus ramidus , unas nuevas especies de homínido antiguos de Aramis, Etiopia)’, Nature Vol. 371, 22 de septiembre de 1994, pp. 306-312.

     R.J Clarke y P.V. Tobias, ‘Sterkfontein Member 2 foot bones of the oldest South African hominid (2 huesos de pie del homínido mas antiguo de Sudáfrica)’, Science Vol. 269, 28 de julio de 1995, pp. 521-524.
    Lori Oliwenstein, ‘New foot steps into walking debate (Nuevas huellas en un debate en marcha’, Science Vol. 269, 28 de Julio de 1995, pp. 476-477. Ibid.
Russell H. Tuttle, American Journal of Physical Anthropology, Vol. 78 No. 2, 1989, p. 316. Ver también su artículo en Natural History , Marzo de 1990, pp. 60-65.
Tuttle y Webb, American Journal of Physical Anthropology , 1991, Suplemento, p. 175.     
* Han habido teorías evolucionistas desde antes de que la teoría de Darwin fuera publicada en 1859. El propio abuelo de Charles Darwin publicó uno. Algunos filósofos griegos antes de Cristo adoptaron ideas evolucionistas.  

¡Los titulares!  

Artículos de periódicos y revistas anuncian a menudo el hallazgo de nuevos fragmentos de hueso como otro “eslabón perdido”. En muchos casos, si usted pudiera ver los verdaderos pedazos, usted se preguntaría ¡cómo se puede hacer tanto de tan poco! Al público a menudo se le deja con la impresión que hay montañas de evidencia para apoyar la teoría que el hombre vino de algún ancestro simiesco. Hay, sin embargo, mucho más razón para creer que el hombre fue creado como un complejo ser viviente desde el mismo comienzo, justo como se nos dice en la Biblia.  

¿Qué hay sobre el Hombre de Java?  

Eugenio Dubois, un médico Holandés inspirado por el infame Haeckel y su  imaginario “hombre-simio mudo”, Pitecántropus alalus (ver Creation , marzo de 1996, pág. 34), fue a Java en 1887 determinado a encontrar el “eslabón perdido”. Resultó el Hombre de Java. El "Hombre de Java" derivó de unos cuantos dientes, un casco de cráneo y un hueso de una pierna, encontrados en Indonesia en 1891 y 1892. El hueso de pierna fue encontrado a 14 metros (45 pies) del casco de cráneo, pero los dos fueron unidos para hacer al “eslabón perdido”.  El hueso de la pierna se parece a un hueso humano ordinario, aunque el casco de cráneo difiere del promedio del tipo humano. Debido a las similitudes a los humanos ordinarios, el Pitecantropus erectus (“hombre-simio erguido”), como los paleontólogos una vez lo conocieron, es ahora el Homo erectus (“humano erguido”). Los fósiles del Homo erectus han sido encontrados en los mismos estratos como los fósiles del tipo humano promedio, así que ellos parecen ser simplemente una variante del tipo humano, no un antepasado.
Traducción de Julio Nicanor Herrera Díaz