EL AJOLOTE
¿pez que camina?
por Jeffrey Dykes
Después de mirar a un ajolote por primera vez, uno podría preguntarse qué clase de criatura es esta exactamente. Con su forma parecida al pez gato, pero raro, con branquias externas muy largas llenas de adornos que brotan de su cuello; y sus aletas, miembros, y patas, ¿debería ser clasificado como un habitante de tierra o agua? Tiene agallas y puede respirar tranquilamente debajo del agua. Pero observarlo caminar a través del fondo del tanque del acuario, no es sorpresa que se le conozca comúnmente como el “pez caminante Mexicano”. Entonces, ¿deberían los evolucionistas cobrar ánimo de que aquí hay algo como una “forma transitoria” de vida, quizás en su camino a evolucionar de un pez a un anfibio?
Definitivamente, no. El ajolote es, de hecho, una salamandra colocada en el mismo grupo de los anfibios con las ranas y los sapos. Como todos los anfibios (y, a diferencia de todos los peces), los miembros están firmemente pegados a la columna vertebral. Su nombre científico es Ambystoma mexicanum. El nombre “ajolote” es derivado de “Axolotl”, palabra de la lengua Nahuatl de México , que significa “perro acuático”.
Como adulto, el ajolote puede alcanzar una longitud de hasta 30 cms., y pesar más de 300 grms., haciéndolo un anfibio de buen tamaño. Tiende a tener una coloración de crema clara a una canela, estando en cautividad; y una coloración negra – verde moteado, estando en su ambiente natural. Pero también puede aparecer de color canela, gris, marrón, albino o inclusive transparente (así uno puede ver sus órganos internos). Si es cuidado apropiadamente, puede vivir hasta por 12 años.
Los ajolotes comen principalmente lombrices, caracoles, varios tipos de crustáceos, y peces pequeños. 1 Sus mandíbulas contienen dientes menudos que son usados solamente para asir a sus presas, las que éstos tragan enteras. Ellos pueden convertirse en caníbales, uno hacia el otro, cuando son jóvenes; así que se debe tener cuidado cuando se les mantiene en cautividad. Después que alcanzan la madurez, la hembra puede poner hasta 1,000 huevos cada 3-6 meses. 2
Este extraño anfibio es bastante raro en un ambiente natural, existiendo solamente en un lugar en el mundo; en el lago de Xochimilco (en el Sur-Este de la Ciudad de México), en México. Dándose cuenta de esto, el gobierno de México ha protegido el área alrededor del lago con el fin de preservar al ajolote. Afortunadamente se reproduce bien en cautividad, así que, aunque está en la lista de CITES 3 de las especies en peligro, hay suficientes especimenes en cautividad alrededor del mundo para asegurar su supervivencia.
Una asombrosa habilidad del ajolote es su fantástica regeneración, y sus capacidades curativas (ver cuadro de abajo). El puede reemplazar significativas porciones de su cuerpo si se dañara. Por esta razón, aquellos engendrados en cautividad son usados extensamente en pruebas de laboratorio, ya que los científicos han esperado resolver los secretos de sus radicales habilidades curativas.
En gran manera, el aspecto más inusual de esta salamandra es que retiene su forma larval en su madurez. Entonces, a diferencia de la mayoría de los anfibios que atraviesan esta metamorfosis de ser habitante de agua a uno de tierra cuando crecen, el ajolote retiene sus agallas y sus aletas en lugar de cambiarlas por pulmones y miembros desarrollados. Esta condición abreviada de desarrollo es conocida como “neotenia”, el ajolote se desarrolla y reproduce en su estado larval. Mas extraño aún, es que puede ser forzado a completar su etapa larval y transformarse en una salamandra adulta normal, aplicándole la hormona metabólica tiroxina. 4 Esto causa que las agallas sean absorbidas dentro del cuerpo, y que los pulmones se desarrollen por completo, como también, causando que los ojos desarrollen parpados como los animales habitantes de tierra. También puede transformarse así misma si deja su ambiente acuático por un largo periodo de tiempo, especialmente si sus alrededores son demasiados secos.
Los evolucionistas a veces se refieren a esta forma inhibida, que es la forma adulta normal del ajolote, como un “paso atrás en la evolución”. Supuestamente, este anfibio era originalmente en su mayor parte, una salamandra terrestre. En vez de ir hacia adelante para evolucionar en reptil (y después a mamíferos, como se cree), un grupo de estos supuestamente retorno al agua de una manera gradual, encontrándose ahora atrapado en medio de etapas de desarrollo. Sin embargo, la literatura evolucionista es extrañamente reservada de cómo exactamente, o por qué sucedió. La criatura, para comenzar, debería haber tenido que abandonar las supuestas ventajas de dejar el agua.
Hasta donde van los hechos, los ajolotes han desarrollado órganos completos (agallas, ojos, etc.), y éstos funcionan perfecta y adecuadamente para sus propósitos. Las características inusuales del ajolote no presentan ningún problema para los creacionistas. Ya que puede reproducirse con otras ciertas especies de anfibio, tal como la salamandra tigre, 5 puede considerarse como si hubiese venido de la misma clase original creada como éstos. De hecho, por la usual definición científica, los dos deberían ser colocados en la misma especie biológica.
Si las características peculiares del ajolote sí ocurrieron, digamos, de cambios a través de sus alrededores después que fue creado, entonces, estos cambios solamente se ordenaron y apoyaron en la información y los mecanismos ya presentes en el animal; y no se añadió ninguna información adicional. Es posible que los efectos selectivos del aislamiento de su reserva genética (particularmente, considerando que el ajolote es tan aislado en México) haya causado la inhibición de su desarrollo. Este aislamiento pudo haber ocurrido inmediatamente después del Diluvio, cuando las aguas desaparecían y vararon diferentes animales acuáticos en lagos alrededor del mundo.
Interesantemente, es también enteramente posible que los ajolotes no fueran incluidos en el Arca de Noe, ya que ellos son principalmente, criaturas acuáticas. Así que, estas especies particulares de anfibios pudieron haber sobrevivido el Diluvio sin ser incluidas en las clases primitivas tomadas a bordo del Arca. Los ajolotes (y muchos otros tipos de anfibios) pudieron haber sobrevivido en superficies de escombros, en alfombras flotantes de vegetación, o en madera de deriva (de las cuales había indudablemente, grandes cantidades). 6
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