Cuatro para Uno, y Uno para Todos
Para muchos estadounidenses la palabra “colonia” les trae recuerdos de los primeros colonizadores o del primer Día de Gracias. Sin embargo, esta palabra hace referencia a una imagen muy diferente para algunas otras personas, en su mayoría biólogos, la imagen de una creatura misteriosa, peligrosa y sorprendente. El llamado “Hombre de guerra Portugués”.
Estas creaturas no son medusas o aguamalas, y aunque se encuentran en las costas de Portugal generalmente se encuentran en diversas aguas cálidas y templadas del Pacífico y del Océano Índico. El nombre puede resultar confuso. Definitivamente no son hombres y tampoco van a la guerra. De hecho, ni siquiera son animales individuales. Un hombre de guerra portugués es de hecho una colonia flotante.
Sorprendentemente cada Hombre de guerra (también llamado Fragata Portuguesa) es un grupo de cuatro tipos de animales. Estos animales se llaman zooides. Cada zooide tiene un papel diferente en la vida de la colonia. Estos cuatro animales comparten alimentos e información a través de un tallo o sifón central hueco que sirve de estómago central. Sin esta conexión los cuatro zooides no pueden vivir.
El primero de estos cuatro animales es el Neumatóforo. Este animal consiste en una burbuja translúcida que se infla con gas y le permite a la colonia flotar hasta la superficie del agua. La burbuja mide entre 4 y 12 pulgadas de largo y puede levantarse hasta 6 pulgadas por encima de la superficie del agua. Una vez inflada, este animal atrapa el aire y las corrientes de agua que le permiten navegar y mover la colonia y esparcirlas en el agua. La burbuja también juega un papel importante en la defensa de la colonia. Cuando los vientos son severos o un depredador nada cerca, la burbuja se desinfla para permitir que la colonia pueda sumergirse y de esta manera escapar del peligro.
El segundo de estos animales es el Dactilozoide, el cual conforma los largos tentáculos que se encuentran debajo de la burbuja. Estos tentáculos pueden alcanzar longitudes de hasta 165 pies, aunque la longitud típica es de 30 pies. Los tentáculos constantemente se encuentran pescando animales pequeños y plancton utilizando las células urticantes, tipo anzuelos, llamadas cnidocitos, similares a los de las medusas que además liberan veneno al momento de ser rozadas. Si los tentáculos capturan a su presa entonces se contraen para llevarla al siguiente zooide para su digestión.
El tercer zooide es el Gastrozoide, quien se encarga de digerir la presa capturada por los tentáculos. Este zooide es mucho más pequeño que el anterior pero igual de activo. En vez de tener muchos tentáculos cuenta con una serie de extremidades tipo gusanos contando cada una con una boca en el extremo. Cada boca en su estado de reposo tiene un tamaño de 1 a 2 milímetros, pero cuando tienen comida cerca se expanden hasta alcanzar 20 milímetros de ancho. Si la presa es un pescado entonces varias bocas se encargan de cubrir completamente a la creatura secretando así una serie de enzimas digestivas que se encargan de descomponer las diversas proteínas, carbohidratos y grasas del pescado. Una vez que el pescado ha sido licuado las bocas succionan los restos trasportándolos al estómago comunal.
El Gonozoide es el último de los animales que conforman la colonia y es el encargado de la reproducción. Aunque los científicos no conocen mucho acerca del ciclo reproductivo de la colonia sí han podido determinar que cada colonia es o masculina o femenina. El Gonozide tiene la información requerida para reproducir todas las partes de la colonia. Este extraño ciclo sucede en dos fases. La primer fase sucede cuando una multitud de colonias se junta produciendo muchas larvas. En la segunda fase, cada larva encuentra una superficie plana generalmente en el fondo del océano para crecer en una “planta”. Cada “planta” empieza a producir muchas nuevas colonias permitiendo que la población crezca rápidamente.
El Hombre de guerra Portugués es un claro ejemplo del cuidado de Dios. Aunque son cuatro animales diferentes, son uno sólo. También nos sirven de recordatorio del diseño de Dios en cuanto a propósito común y cooperación entre los creyentes. Siendo muchos, somos uno en Cristo (Romanos 12:5).
Answers Magazine. Vol. 7. No. 1. Enero- Marzo 2012. Pag. 27.